FUTUROS Y DERIVADOS DE CREDITO
Fuera del alcance de los reguladores
Un derivado financiero es un producto cuyo valor se basa en el precio de otro activo. Por ejemplo el valor de un futuro de soja se basa en el precio de la soja. Los subyacentes pueden ser acciones, índices bursátiles, valores de renta fija, tipos de interés o materias primas.
Los mercados de derivados han crecido más que cualquier otro en años recientes y contrariamente a lo publicitado por sus impulsores incrementó el riesgo de todo el sistema financiero. Entre las consecuencias están las pérdidas de los bancos, que superan 330.000 millones de dólares globalmente. Además de producir el cierre de varios bancos e insolvencia de otros (Fannie Mae, etc.)
Ahora varios analistas esperan la “segunda ola de daños”, y dicen que “lo peor está por venir”.
Mercados de derivados regulados
Una forma de clasificación diferencia los que no están organizados y los regulados. Entre estos el mercado de futuros Chicago Mercantil Exchange, CME Group, el más grande del mundo, negocian futuros de tasas de interés, índices bursátiles, monedas commodities, etc. Es también el mayor de opciones de índices y acciones.
La mayoría de las operaciones se negocia con métodos electrónicos, lo que permite incrementar la cantidad y velocidad de las operaciones y realizarlas desde cualquier parte del mundo. Los cambios de tendencia del mercado (volatilidad) incrementan las operaciones que pueden programarse con precios días, etc. Así en Octubre de 2004 se realizaron 1.000 millones de operaciones en una sola rueda.
Otro gran mercado regulado es NYSE-Euronext, con base en París y subsidiarias en Bélgica, Francia, Holanda, Luxemburgo, Portugal e Inglaterra. Otros tienen base en Hong Kong; India; Singapur; Shangai; Malasia, etc.
El apalancamiento
Una de las características de los mercados de derivados financieros es que la apuesta requiere una inversión inicial pequeña respecto al contrato negociado lo que permite un gran apalancamiento en la inversión financiera realizada. Y de aquí deriva el riesgo, ya que los productos tienen alta volatilidad y los participantes poca garantía respecto a la apuesta realizada.
Si los productos subyacentes desarrollan una tendencia que se mantiene en el tiempo, como por ejemplo el precio del petróleo en alza desde hace años, las apuestas a la continuidad de la suba dieron un resultado de rápidas ganancias. Alto apalancamiento y barato debido a las bajas tasas de interés –es una compra a futuro- facilitó ganancias extraordinarias, a hedge funds en años recientes.
Pero un cambio de tendencia puede ser letal. Ese fue el caso del fondo Amaranth. Con activos de 9.000 millones de dólares masivamente invertidos en futuros de energía, en una semana perdió la mitad de su inversión. Apostó a la suba del gas (preveía desabastecimiento y suba de precios) y falló, el gas bajó de precio súbitamente y el fondo quebró.
Del apalancamiento a la crisis financiera
Las compras fueron hechas con un apalancamiento de 30 veces su capital dejando un tendal de deudas. Este episodio es ilustrativo, pues fue una quiebra debido al alto apalancamiento que facilitan los derivados, ante la pasividad de los reguladores donde fueron hechas.
Más reciente es el caso de los fondos de Bear Stearns, con alto apalancamiento en bonos respaldados por hipotecas. Cuando la morosidad y falta de pago de los deudores se expandió los fondos colapsaron y meses después arrastró el banco.
La expansión del default de bonos con respaldo hipotecario obligó a masivas coberturas de los swaps que protegían la inversión provocando la insolvencia de los garantes, las empresas que actuaban de “aseguradores” de swaps.
Para limitar los daños a un solo banco (el cuarto por activos administrados) intervino el banco central (FED) y organizó la compra del banco por el JPMorgan con créditos por 29.000 millones de dólares. Para los fondos apalancados los daños fueron totales, los inversores no recuperaron nada.
La caída de precios de la vivienda, produjo un efecto en cascada sobre inversiones altamente apalancadas de los bancos, generando pérdidas por más de 330.000 millones de dólares y los analistas proyectan que superarán el billón de dólares.
Cuando el mercado de la vivienda se saturó y frenó la suba de precios de bienes inmuebles, la tendencia de beneficios se transformó en poco tiempo en enormes pérdidas. Desde el colapso de los fondos de Bear Stearns, cayeron 76 “hedge funds” más.
Derivados de crédito o default (swap), un mercado gigantesco
Los derivados de crédito son contratos negociados fuera de los mercados regulados (OTC). Una de las partes busca cubrirse del riesgo que un crédito no sea pagado a cambio de una prima periódica. Se trata de derivados cuyos subyacentes son obligaciones de pago de emisores públicos o privados.
Los riesgos cubiertos por un derivado de crédito son definidos en el contrato: bancarrota, liquidación, falta de pago por la entidad de referencia, o degradación de la calificación de la empresa por las agencias de calificación, son los más negociados.
En días pasados la FED de NY tomo la iniciativa y realizó reuniones con los bancos para organizar el mercado OTC de derivados de crédito. Tratando de reducir el riesgo del negocio organizando una caja de liquidaciones para meses próximos.
El mercado de swaps ya alcanza la cobertura de activos por 62 billones de dólares. Los operan grandes bancos, y está en crisis por la amplitud del default o falta de pagos de activos que contaban con swaps. Las coberturas de swaps de tasas de interés son la mayor parte del mercado, alcanzando 347 billones de dólares (junio 2007).
Un pequeño porcentaje de esos montos puede duplicar o quintuplicar el monto de defaults ya ocurrido. Los críticos dicen que algunas coberturas se superponen, aún así los fabulosos montos de las coberturas dan evidencia del riesgo involucrado de todo el mercado financiero.
La FED de New York y la SEC de Canada tratan de establecer criterios para organizar su actividad, listar sus operaciones o registrarlas y organizar una casa de compensaciones para establecer el monto de las operaciones cubiertas.
Aunque las regulaciones ya parecen insuficientes por la magnitud que alcanzó el mercado. Impulsando créditos que ahora no encuentran “garantías” ni “seguros” suficientes.
El cambio de tendencia
La escasa garantía en las operaciones y el cambio de liquidez del mercado del crédito han cambiado bruscamente las condiciones que llevaron a la expansión del mercado, aumentando el riesgo de las operaciones y los mercados de derivados hasta congelar el mercado interbancario.
La magnitud que alcanzaron las operaciones de los mercados de derivados fueron el soporte de la expansión del crédito a todos los sectores de la economía de EEUU, ahora esas condiciones se transformaron dificultando la renovación de los vencimientos y nuevos créditos, dificultando el financiamiento de la actividad económica.
Esta contracción se produce cuando la economía se basa en el mayor monto de crédito en toda su historia.
El mercado de bonos continúa deteriorándose y puede llevar a descuentos adicionales entre los bancos europeos en el segundo trimestre llevando a sustanciales pérdidas en algunos casos, según Moddy´s la agencia de calificación de riesgos.
Dos factores claves pueden llevar a nuevas pérdidas en las tenencias de los bancos, el aumento la prima de riesgo en los bonos respaldados por hipotecas de EEUU visto en el segundo trimestre y el continuo deterioro de los aseguradores de bonos o monolines, que otorgan garantías de productos de deuda complejos.
Oscar Carbonelli
4 Agosto 2008
http://www.bloomberg.com/apps/news?pid=newsarchive&sid=a58EF32GpHeg
http://www.ft.com/cms/s/0/80f0e842-ce0c-11dc-9e4e-000077b07658.html
http://www.bcsc.bc.ca/policy.aspx?id=5867&cat=BC%20Notices
http://www.ft.com/cms/s/0/80f0e842-ce0c-11dc-9e4e-000077b07658.html
http://www.economist.com/finance/PrinterFriendly.cfm?story_id=10609437
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